Buenas tardes amig@s , aquí les dejo un minidocumental sobre
el caso de Agner Geber partera quien fue llevada detenida por practicar partos en casa,
lo que nos lleva a cuesa pensar ¿Qué es lo que queremos para nuestro parto?
El estado chileno que no se ha pronunciado al respecto, su sistema de salud y de matronas no apoya dicho procedimiento.
En Chile los partos en casa son un hecho, creemos que si se continua esta caceria de brujas en Chile; discriminando y disminuyendo el apoyo a las matronas que ejecutan partos en casa ¿Quién los hará
si no son ellas?
Publicado el 28/08/2012
Freedom for Birth en Español.
Documental del film One World Birth en donde se trata el tema de los derechos de la mujer y el nacimiento, y se toca el caso de Agnes Gereb, partera que ha ido a prisión en hungría por ejercer como partera el parto natural en casa. Traducido al español por Aquamater, Maternidad Consciente
Hoy les damos la bienvenida a nuestro
centro de información. Inaugurando nuestro blog estamos 3 estudiantes de primer
año de obstetricia : Meigel, Paz y Kathy.
¿Para qué hacemos todo esto?
Como su título indica, este blog busca hacer una especie de campaña informativa
en contra de la violencia obstétrica, tan común en nuestra sociedad.
A pesar de que esto es tan común como
mencionamos, muy poca gente tiene conocimientos al respecto. Por lo mismo
comenzaremos dándoles una idea general de lo que es la violencia obstétrica y a
lo largo de nuestro blog podrán ir sabiendo más detalles sobre este tema y
todas sus aristas.
“La
violencia obstétrica es el maltrato que sufre una mujer embarazada al ser
juzgada, aterrorizada, vejada o lastimada física y emocionalmente,
incluyendo también el hecho de que no se respeten
sus decisiones. Es recurrente tanto en hospitales públicos como
en clínicas privadas.”
Violencia obstétrica,
¿Qué significa?
Desde
varias décadas atrás ha sido tema controversial la violencia que sufren muchas mujeres en el mundo, durante el parto
por parte del equipo médico que las atiende. Esto se observa principalmente en
la medicalización excesiva o la práctica
de procedimientos médicos
indiscriminados de los cuales no se les informa previamente a las madres; a
esto se le conoce como violencia
obstétrica.
¿La mala atención en el parto es considerado violencia obstétrica?
Podemos
identificar cuándo una mujer ha sido objeto de prácticas poco éticas de parte
de sus médicos, cuando estos se adueñan del cuerpo de la madre y la eximen de
cualquier decisión respecto al parto; por ejemplo suministran fármacos que
aceleran el parto o proceden a la intervención quirúrgica (cesárea) sin que sea
necesario y que posterior al parto conlleva muchos más cuidados que los de un
parto natural. La OMS ha indicado que el
porcentaje de cesáreas no debiese superar el 15% de los partos practicados
durante un año.
También
se abusa de las mujeres cuando se aplica indiscriminadamente la episiotomía
ante cualquier “dificultad” que se presente o simplemente por la falta de
criterio del profesional a cargo del parto, el que omite cualquier
procedimiento alternativo que contribuya a el éxito de este, ya sea en la madre
como en el recién nacido. De forma inconsciente el equipo de salud procede a esta práctica omitiendo el sufrimiento y
las molestias que la mamá sentirá luego del parto y priorizando más bien la
rapidez en la que se efectúe el nacimiento.
Respecto a los medicamentos aplicados en la atención al parto, en un
90% de los casos en España se utiliza la episiotomía como intervención
rutinaria en primerizas. La OMS(Organización Mundial de Salud) ha indicado que el porcentaje de cesáreas no debiese superar el 15% de los partos practicados durante un año. Sin embargo, en varios países de América Latina y España, la práctica de la espisiotomía es muy habitual. Y aunque la OMS recomienda no más de un 10%, éstas con las tasas actuales: Suecia tiene una
tasa del 6%, el Reino Unido con un 20%, Estados Unidos con un 23%, Gran Bretaña un 13%, Suiza un 33,3%, en Italia y Portugal la tasa supera el 40%, China, Mexico y Turquía con una tasa promedio de 50%. Mientras que en Chile se cuenta con un 40,6 %, lo que no resulta muy alentador comparado con cifras mundiales.
En consecuencia, muchos países
desarrollados y en vías de desarrollo se está poniendo sobre la mesa el tema de
la Violencia Obstétrica, de una u otra forma. Estos son algunos países que ya cuentan con legislación sobre el tema: Venezuela con la Ley sobre la Violencia contra la mujer y familia de 1998. Argentina con la Ley 25.929 y la Ley 26.485.
España se redactó
y publicó desde el Ministerio de Sanidad y Consumo la Estrategia de Atención al
Parto Normal en el 2007.
Chile con la Ley orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libe de violencia.
Entre estas
recomendaciones, por las que se pretende la mínima medicalización posible en
los partos, se pueden recoger la ya comentada reducción de episiotomías; la
reducción de cesáreas ; el
contacto permanente mamá-bebé (no separar al bebé de la madre al nacimiento
para labores de observación); no colocar a las embarazadas en posición de
litotomía (acostada boca arriba) durante el trabajo de parto ni el parto;
animarlas a caminar durante el trabajo de parto; no inducir los partos por
conveniencia sin necesidad médica; fomentar el inmediato amamantamiento;
respetar los aspectos emocionales, psicológicos y sociales del nacimiento.
¿Cómo reconocer la violencia obstétrica?
La
violencia obstétrica, no solo abarca el ámbito físico, sino también
psicológico, ya que en muchos casos, mayormente en la atención pública, tanto anestesistas como obstetras incurren en
mofas y palabras inadecuadas refiriéndose a la madre.
Observemos
aquí un fragmento de la entrevista realizada a madre de 3 hijos que ha sido
víctima de violencia obstétrica en Chile:
Mariela Riquelme Vivanco, 39 años
“(…)
apareció un señor grande y gordo y se lanzó hacia mi… me apretó muchas veces la
guatita y el doctor a mi lado me decía: no te gustó webiar… te gustó que te lo
metieran, aguántate ahora y no te quejí…
y yo traté de estar lo más callada por que tenía miedo de que fueran
bruscos con mi bebé…”
Se
presume que la agresión que sufren varias mujeres al momento del parto, no es más
que el reflejo de una sociedad machista y patriarcal, dónde la mujer está
subordinada y se sigue concibiendo como la especie destinada a parir y criar;
restándole el valor humano que tienen ambos sexos…
Por esto
es que la violencia obstétrica se considera también violencia de género.
Por último, el corto
de la directora Iciar Bollaín “Por tu bien”, testimonios de víctimas de violencia y una recreación de lo que vive una mujer víctima de violencia obstétrica, donde se expone la realidad de la
atención al parto desde una perspectiva diferente.